Top Tracks
Track | Artist | Album | |
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Se Apagan | Icaro Azul | Rock Pa' La Calle | |
Las Cosas Estan Mal | Icaro Azul | Tributo A La Mancha Del Jardin |
“No importa si tiene uno o diez acordes, lo que hace buena una canción es que sea real…que musicalmente exprese la emoción de lo que se canta”, expresa Osvaldo “Macoyo” Rodríguez, bajista y principal compositor al hablar sobre el repertorio de su banda. Su mirada divaga un poco, y añade: “yo no sé…la música yo la asocio con colores”. No es casualidad entonces que el Icaro sea Azul… Bajo el liderato de Macoyo, y sus fieles compinches musicales, José Bengoa en la bateria, y Ana Cristina en la voz, Icaro Azul emerge en el 1995 en medio de una explosiva escena musical, cuyo punto de encuentro y taller de exposición lo fue el legendario pub Longbranch, en Aguadilla, Puerto Rico. Desde entonces, Icaro Azul ha pulido su estilo de rock alternativo que combina elementos europeos y americanos. Finalmente, el quinteto compuesto por jóvenes entre los 20 a 27 años de edad, fijó su membresía actual a tiempo para la grabación de Y la Noche Gritaba. En los trece temas que conforman su disco debut Y la Noche Gritaba, Icaro Azul brinda un repertorio que recorre la más amplia gama de emociones, entregando lo mejor de sí en cada canción. Grabado entre los meses de junio y octubre de 2001, este primer CD presenta una novedosa propuesta enmarcada en la onda alternativa y de diversas influencias musicales, desde un rock atmosférico y nocturno, a temas llenos de energía y vitalidad. En la misma, se destaca el sonido peculiar de las guitarras de Ian Yamil y Habish. Ambos evocan la onda del Pop Inglés y Europeo, y aunque tienen mucha distorción y efectos especiales (Habish utiliza un arsenal de pedales de efectos para crear ambientes que nos llevan en un viaje sonoro) el resultado final aún es cercano al pop-rock. Mientras, José (consciente de que el baterista es la espina dorsal de todo grupo de rock) logra dar con los patrones rítmicos más apropiados para propulsar el ataque sónico de Icaro Azul. Macoyo y Ana Cristina son pilares en la banda: él, bajista-autor de la música y letras; ella, la voz y presencia que comanda atención. Para Ana Cristina, cantar era una necesidad visceral. “Yo necesito cantar, donde sea”, era el mantra que repetía aquella estudiante de escuela superior. Hasta que encontró en Icaro Azul una banda que necesitaba una voz, de donde fuera. Quien le oye, queda impresionado por la fuerza y emotividad de su voz. Aunque hay quienes insisten en el parecido de Ana Cristina con Andrea Echeverry, del grupo Aterciopelados, Ana asegura que fue luego de un año con Icaro Azul que escuchó por vez primera esta banda colombiana. Claro que, ser comparada con la más reconocida vocalista de rock en español, no le ofende. Curiosamente, sus verdaderas influencias son masculinas: Jim Morrison (The Doors), Saúl Hernández (Jaguares), Mick Jagger (The Rolling Stones) y Scott Weiland (Stone Temple Pilots). En escena, Ana Cristina es un torrente de energía y expresividad. No hay inhibiciones cuando sube a la tarima: “si termino tirada en el piso, no es porque lo planee, simplemente me dejo llevar por la emoción”. La reservada joven, sorprende a quienes le conocen ante la transformación que produce en ella la experiencia de cantar en directo: “es como si fuera otra persona. Una persona dinámica, loca, segura de si misma y que hace cualquier cosa bajo el efecto de la adrenalina”. Recién se estrena como compositora con el tema Imipramina, pero igualmente se identifica con las letras y emociones de Macoyo. El bajista, por su parte, comenzó en el rock puertorriqueño en el 1992 con la banda La Mancha del Jardín. Así que con esta primera grabación, Macoyo celebra diez años de crecimiento musical. Este joven, veterano del rock, también demostró su liderato y compromiso con el movimiento rockero al formar el colectivo Neorock, que aglutinó fuerzas para procurar lugares donde pudieran tocar bandas en desarrollo. En su formación como letrista, Macoyo se nutre de la literatura y la filosofía, alimentando un mundo interior que vuelca en sus canciones. Esto de escribir sabiendo que será una fémina quien cante, no le afecta en modo alguno, ya que aspira a capturar experiencias y emociones que atañen a ambos géneros. A través de los pasados 6 años, Icaro Azul ha hecho importantes apariciones dignas de reconocimiento. A nivel discográfico han estampado su sonido en compilaciones como “Tributo a The Cure” (WEA Latina) y “Women on the Moon” (WEA Latina), impresionantes logros para una banda sin disco previo. De esta última grabación se produjo un video de cualidad vanguardista para el tema “Chica de las Estrellas”, incluído ahora en Y la Noche Gritaba. En términos de presentaciones en vivo, Icaro Azul fue escogido como acto de apertura para los conciertos en Puerto Rico de Jaguares y La Oreja de Van Gogh, 1999 y 2000, respectivamente. En el 99 debutaron en Miami como parte de la conferencia de música Midem. Icaro Azul es un nombre que, al igual que la música, invita a la reflexión. Icaro, el famoso mito del hombre que se construyó alas y voló, para luego caer con sus alas derretidas por el Sol. Azul-misterio-azul-sereno-azul-melancólico. ¿Por qué Icaro Azul? ¿Por qué identificarse con el hombre que fue derrotado por su arrogancia al querer volar tan alto como el Sol? Arrogantes, no son. Seguros de sí mismos y de la calidad de su propuesta musical, eso sí. El nombre nos da una clave sobre su líder, Macoyo, un joven en quien se une un lado extrovertido y humorístico, con otro reflexivo que gusta de indagar en filosofía y literatura. A través de sus 6 años de existencia, el sonido de Icaro Azul ha pasado por las transmutaciones inherentes a una banda en pleno desarrollo (siendo este, un reflejo del desarrollo de las personalidades de cinco jóvenes recién salidos de la adolescencia). “Desde la música de mis padres, hasta el rock clásico, el punk y la música alternativa americana de los ‘90”, son los estilos que el bajista y letrista resume como influyentes en su visión musical. “Al principio, el estilo era más depresivo y triste, de ahí lo de azul”, añade Ana, dándonos una clave al porqué del nombre, y aludiendo a la simbología que denomina a ese color como melancólico (piensen en “esa tristeza azul” a la que se refiriera Rubén Blades en “Dime”, o a la música Blues que expresa las aflicciones de los afroamericanos). “Luego pasamos por una transición punk, un Icaro más rebelde, y ahora el disco refleja todas las caras de la banda”. Bohemia-pop-punk-gótico, tal vez sería el término más cercano para categorizar la música de Icaro Azul. Si prescindimos de las categorizaciones, Y la Noche Gritaba es simplemente la carta de presentación de un excelente grupo de pop rock. Una nueva opción musical que demuestra que el rock hecho por puertorriqueños no tiene que ser político-social o “salseado”. Puede ser introspectivo, enérgico, nocturno, agresivo, sensual. “No sé cómo encajamos dentro de la oferta radial”, confiesa Macoyo. Pero la experiencia en la calle ha sido que tanto el rockero hardcore-punk, como las personas más orientadas al pop, responden positivamente a Icaro Azul: “podemos tocar entre frituras o entre caviar y caemos bien”, denota el músico con una sonrisa. Icaro Azul…el nombre flota en el aire y deja un halo de misterio. ¿Serán la tensión creativa y la melancolía; los egos y las ambiciones; la fama y el éxito, los elementos que derritan las alas de este Icaro Azul? “El mito de Icaro nos recuerda que no debemos elevarnos tanto que terminemos alejándonos de nuestro origen; hay que mantener los pies en la Tierra”, ofrece Ana Cristina. Pero Macoyo no excluye la posibilidad de que Icaro Azul se acerque al Sol: “la contraparte está en el Ave Fénix, que se levanta de sus cenizas para volar otra vez”. Read more on Last.fm. User-contributed text is available under the Creative Commons By-SA License; additional terms may apply.